jueves, 30 de septiembre de 2010
BÚSQUEDA
BÚSQUEDA
Abandonadas conchas
son refugio de ermitaños.
No soy la egipcia que pisa arenas errantes
Tampoco quien ha volteado aguas
y guarda el secreto de tus labios.
Sencillamente soy quien despunta estrellas
y te llama en el silencio
que atesora el pozo de la locura
ó desde las tinieblas
cuando mis dedos buscan el roce
de las llamas del infierno.
Ahora me siento a la orilla del tiempo
para contemplar desde el amor
la ausencia de huellas
y este desierto que solo es eso: desierto.
lunes, 6 de septiembre de 2010
PARENTESIS
PARÉNTESIS
En tus manos pequeños instantes
instantes mutilados en la yema de tus dedos
donde habita el recuerdo
táctil de palabras y sonidos amantes.
Amantes que pintan imágenes
en desiertos
y escriben versos
en la pared azul del viento.
Un puñado de tierra basta
para lanzar a otras esferas.
Gargantas salvajemente desérticas
bordean la cuna incipiente
y húmeda de mi lengua.
Desde siempre está la carrera
presente en lomo del berberisco
como el ayuno del vagabundo
en su largo y tímido camino
junto al sol que bordea la costa.
El tiempo continúa encerrado
en el reloj de arena
como estos
pensamientos congelados.
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