
Anhelaba el regreso del viento
y observar esa triste sonrisa
que las piedras asoman cuando
comienza hacer frío.
Revoloteaba en el aire
una frágil línea de palabras
el corazón negado al vacío.
Una bella fragancia de amor
pegada a tus ojos.
Era entonces cuando
posaba en tus labios
la tibieza natural de mi empeño
y dejaba el silencio
entre lirios
que se abrazaban
como una madre y su retoño.