
CAMBIOS
A veces el viento sopla salvaje
y golpea el muro del orgullo
como un río a tus ojos desbordado
que solo busca su camino.
Las palabras se quedan en tus labios
como esos ojos con el canto del grillo
ambas se cuelgan de la noche para cazar estrellas.
Ni siquiera el misterio
juega con la yema de tus dedos
quitarse el sombrero para buscar nuevas esperanzas.